quarta-feira, 8 de março de 2017

El equipo de Carlos Martí y el de nosotros

A pesar de la derrota, el elenco cubano mostró garra y logró batear al excelente pitcheo japonés

Foto: Ricardo López Hevia
TOKIO,-- Nos obliga la diferencia de horario a un análisis que encontrará, cuando lean estas líneas, el segundo resultado de Cuba en su ruta por el IV Clásico Mundial de béisbol, que como ya sabemos comenzó con un desenlace calculable. Sin embargo, a nuestro modo de ver la ecuación se indujo a un solo desenlace y se comprobó en el terreno que los factores podrían dar otro producto.
No es una clase de matemáticas, pero la estrategia predefinida marcó un rumbo. Dije que no condenaría la decisión del mentor Carlos Martí de enviar al montículo al pitcheo de segunda línea frente a Japón, aunque no hay dudas que la presencia de al menos uno de los de arriba le hubiera podido cambiar la cara al juego.
“Es cierto, el trabajo de los bateadores fue muy bueno, no lo habíamos hecho así en ninguno de los encuentros de preparación. Yo no esperaba que se comportaran con tanta soltura ante un pitcheo tan profundo como el japonés y visto así puedes tener razón, que con otro pitcher tal vez el resultado hubiera sido otro”, nos dijo con humildad, pero muy seguro de sí Martí, al finalizar el primer choque de su equipo aquí.
Dicen que agua pasada no mueve molinos, mas creo que la manera en que los jugadores cubanos se metieron en el pleito frente a los nipones, con una desventaja de 7-1 y pegarse a un 9-6, es el mejor mensaje que transmitió la selección nacional. Es el que hace pensar que tienen para más y el que ampara que una defensa monticular en ese cotejo le hubiera reportado muchísimo más.
En ese vuelco al partido pesaron los bates de hombres clave por sus posibilidades, como Alfredo Despaigne, Yurisbel Gracial y el joven Yoelkis Céspedes, también la habilidad de Roel Santos y la manera de competir de Alexander Ayala que desde que se paró en la caja de bateo en el tercer capítulo en contra de los nipones, sabía que elevaría a los jardines para empatar el choque y con tremenda calma lo logró.
“Le estoy muy agradecido a los entrenadores y a estos grandes jugadores del equipo Cuba. Me dijeron que saliera como si estuviera en la Serie Nacional, lo hice así y salieron bien las cosas. Estoy muy feliz por integrar esta selección, es lo que todos quieren. Y creo que estos tremendos peloteros que tenemos nos van a clasificar a la segunda vuelta”, dijo Céspedes.
Mientras, Roel Santos que no le gustó que lo cambiaran por un bateador derecho frente a lanzador zurdo, aseguró: “Es muy importante haber visto al equipo pegarse 9-6, saliendo de un 1-7 y anda menos que frente a un pitcheo super efectivo. Lo que hicimos dice mucho del que está batido en el terreno. No, no me disguste, el problema que no me gusta –creo que a nadie—que me sustituyan en un juego de tanta importancia. Pero estoy para lo que me necesiten, lo importante aquí y más grande que nosotros mismos, es el equipo y sus resultados”.
Es complejo expresarse casi al mismo tiempo que está ocurriendo aquí el choque Cuba-China, pero no creo que ni el mismísimo Bruce Chen con el aval de 17 temporadas en la Major League Béisbol, donde ganó 82 partidos con una efectividad de 4.64 carreras limpias por juego, pueda impedir la primera victoria de la Mayor de las Antillas en el CM2017.
Si el béisbol no hace una de las suyas y eso ocurriera, el planteo para Australia sería con Lázaro Blanco de abridor y de seguro todo el cuerpo de lanzadores, comenzando por los de primera fila, pues el día de descanso y las oportunidades que pueda dar el juego ante China si se fuera de un solo lado, le permitirá tenerlos disponibles a todos.
Insisto, si sale así, estaríamos en el mismísimo sendero de la estrategia del director campeón nacional cubano, la de decidir frente a Australia. Esa es la razón por la cual no me parecía justo juzgarlo, porque ha sido coherente con su planteamiento, aunque no concordemos. Creo, además, que lo está haciendo asiéndose a las posibilidades reales que le ha visto al equipo dentro de las características del torneo.
Estoy seguro que si los abridores en esta ronda hubieran podido hacer 80 disparos hacia home, ninguno de los que actuó frente a Japón hubiera pisado la tabla de lanzar. Por eso se trazó el objetivo de llegar a toda costa a la segunda etapa, donde Baños, Vladimir García y Blanco, que iría de tercero si lleva el juego de Australia hasta un quinto o sexto episodio, están más dentro de su ambiente o entorno de cantidad de envíos.
Recordemos que de esa misma manera actuó en la Serie Nacional, sin violentar un paso. Blanco le terminó con Matanzas en el séptimo choque, el que lo metió en la final y ya en ella lanzó en el tercer encuentro. No lo tuvo ni en el primero ni en el segundo, pero le venció en el tercero, casi sepultando las aspiraciones de Ciego de Ávila de resurgir.
Ya se que ni por mucho la contienda nacional se parece a esta, pero entiendo a Martí y a su estrategia, conservadora, fría, calculadora, sí, pero es la suya, es además, su responsabilidad. También las estrategias se evalúan y si no dan resultados, difícilmente alguien diga que fue acertada.
Nos encontraremos, página mediante, solo una horas después de acabarse el Cuba-China y aunque la prensa no tiene equipo, sino la obligación de informar y opinar sobre los hechos, el mío, el de este periodista, es el mismo que dirige Carlos Martí, el de Cuba.

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