MUNDIAL DE ATLETISMO
Los retos de nuestro deporte rey
Entre despropósitos y algunas satisfacciones transcurrió la participación de nuestro país en el recién concluido Campeonato Mundial de Atletismo Londres 2017
Entre despropósitos y algunas satisfacciones transcurrió la participación de nuestro país en el recién concluido Campeonato Mundial de Atletismo Londres 2017. Con la más baja cota de medallas alcanzadas en la historia de estos certámenes –bronce de la garrochista Yarisley Silva – y relegada al escaño 38 del medallero, Cuba se despidió de la justa londinense sin alejar los fantasmas de Río 2016, donde una comitiva de 41 atletas obtuvo una sola presea bronceada por medio de Denia Caballero en disco.
Actuaciones destacadas, regulares, y otras decepcionantes matizaron el desempeño de los nuestros. Por un lado, una excepcional Yorgelis Rodríguez en constante y acelerado ascenso en el heptalón, quebrando en la cita fundamental de la temporada su propio récord nacional con 6 594 puntos y, por otro, nuestras discóbolas –serias aspirantes a medallas– estampando marcas alejadas de sus posibilidades reales.
El problema no radica únicamente en que no se hayan ganado preseas. En términos de integralidad, el performance fue aceptable con nueve atletas ubicados entre los ocho primeros válidos para 35 unidades y el puesto 14 en la tabla general.
De nuestros 22 deportistas solo cuatro alcanzaron su mejor registro del año en este mundial, evento en el que debe producirse el pico en el rendimiento. Estos fueron los casos de los relevos 4x100 y 4x400 masculino, con una sola competencia previa en el 2017, el certamen del orbe de la especialidad en Bahamas, y con marcas fáciles de superar.
La maratonista Dailín Belmonte tuvo en Londres su única y loable competencia del año, y la mencionada Yorgelis Rodríguez en mi opinión encarnó la más elevada imagen de Cuba en suelo británico, con uno de los mejores cuartos lugares de la historia del heptalón. Con lo logrado a orillas del Támesis por la guantanamera podía ser medallista en cualquiera de las anteriores ediciones de la justa del orbe, excepto en Stuttgart 1993. Sus 6 594 unidades hubiesen significado la plata en Beijing 2015, Moscú 2013, Berlín 2009, Edmonton 2001, Gothenburg 1995, Tokio 1993 y Roma 1987 o el bronce en Osaka 2007, Helsinki 2005, París 2003, Sevilla 1999, Atenas 1997 y Helsinki 1983.
EL BRONCE DE YARISLEY
No se puede restar mérito al tercer puesto de Yarisley Silva, quien a pesar de estar alejada de su estelaridad (4,65 metros) se agenció su tercera presea en estas lides (oro y dos bronces), resultado nada fácil de igualar. Otros atletas también obtuvieron marcas cercanas a sus mejores registros del año, muchos de ellos conseguidos aquí en La Habana, sin la presión característica de los grandes certámenes y en ocasiones con mediciones manuales.
Estos fueron los casos del saltador de longitud Maykel Massó (8,26 metros) y los triplistas Cristian Nápoles (17,16) y Andy Díaz (17,13), los tres a punto de escalar hacia el podio. Igualmente cercana a sus marcas más sobresalientes del año estuvo la ochocentista Rose Mary Almanza (1:59:79 minutos) eliminada por centésimas de la posibilidad de avanzar a la final.
Algo parecido les aconteció a Zuriam Echevarría en los 400 metros con vallas (56.44), a la juvenil Roxana Gómez en los 400 metros planos (52.01 segundos) y a nuestros vallistas cortos Roger Iribarne (13,43) y Yordan O' Farrill (13,56), quienes se ajustaron a los pronósticos. A ello se le suma el sorpresivo octavo lugar de Yaniubis López en lanzamiento de la bala (18,03 metros). Todos los mencionados a excepción de Yaniubis, son atletas jóvenes que auguran un mejor futuro para este deporte.
Por debajo de sus topes anuales estuvieron la triplista Liadagmis Povea (13,55), su contraparte Lázaro Martínez (16,66), José Luis Gaspar en 400 metros c/v (51,82) y Juan Miguel Echevarría en salto de longitud (7,86), así como Yoandys Lescay, quien a pesar de su tremendo cierre en la posta larga cubana no estuvo del todo bien en la vuelta al óvalo (45,93).
No podemos dejar de mencionar a nuestro dueto de discóbolas: Yaimé Pérez con disparo de 64,82 en la final, inferior al 65,83 que obtuvo en el Memorial Barrientos a inicios de temporada y Denia Caballero, con un 64,37 para el olvido. Llamativa resultó la ausencia de nuestro país en el área de lanzamientos, jabalina y martillo, especialidades donde contábamos con varias figuras de renombre mundial.