sexta-feira, 3 de agosto de 2018

XXIII JUEGOS CENTROAMERICANOS Y DEL CARIBE - BARRANQUILLA 2018

La guantanamera Yorgelis Rodríguez sumó una nueva presea dorada para Cuba, tras ganar el heptatlón (f) con 6 436 puntos, nuevo récord para los Juegos




La atleta Yorgelis Rodríguez Foto: Ricardo López Hevia
BARRANQUILLA, Colombia.–A veces las pruebas múltiples (heptatlón o deca­tlón) pasan un tanto desapercibidas en una pista de atletismo, quizá porque uno no tiene plena conciencia de cuándo se van a definir, y desvía la atención a finales puntuales que sí tienen su momento cumbre muy marcado.
Generalmente, se presta especial atención al último evento, a la carrera que todos corren con lo que queda de aliento, pero muchas veces todo llega definido a esa instancia y las vueltas se convierten en un tedio, puro trámite.
Siempre hay una excepción, por supuesto, como los 1 500 de Leonel Suárez aquí en Barranquilla, espectacular por la tremenda remontada del cubano. Sin embargo, en el heptatlón, Yorgelis Rodríguez afrontó una carrera de 800 metros plácida, básicamente porque ya había decidido su suerte antes, en un momento desconocido, cuando estábamos atendiendo a otras pruebas.
Pero la guantanamera no logró llegar al final con ventaja por obra de la ­casualidad. Ella ha encontrado la estabilidad, se ha asentado en la cúspide y su salto de calidad es perceptible en todos los órdenes. Hace cuatro años, Yorgelis hizo 5 984 puntos en Veracruz, sin grandes exigencias de las rivales, y ahora, pese a no llegar en su mejor forma, supo responder a la presión de la colombiana Evelis Jazmín Aguilar, quien obtuvo más de 6 000 unidades.
De esa pugna salió un nuevo récord para los Juegos (6 436 rayas), y la sensación de que la cubana tiene siete vidas y nivel para dominar un buen grupo de los eventos del heptatlón. En el estadio Rafael Cotes, la cubana demostró fuerza en carrera, gran coordinación en la jabalina, su modalidad preferida, y mucha constancia en los saltos.
Fue la mejor en los 100 con vallas (13.60 segundos), el salto de altura (1,83 metros), la bala (14,23 m) y la jabalina (48,96 m), mientras culminó segunda en longitud (6,23 m) y 800 (2:15.50 minutos) y tercera en 200 (24.56 s).
Aguilar, la colombiana, aupada por su gente desde las tribunas, rubricó su mejor marca personal con 6 285 puntos, y entró a la historia junto a Yorgelis, pues es la primera vez en los Juegos Centroamericanos y del Caribe que dos mujeres superan la barrera de las 6 000 unidades.
«Cumplí mi objetivo de ganar, estoy contenta. Tenía seguridad de que podría obtener la medalla, aunque no me encuentro al 100 % físicamente, lo cual provocó que mis marcas no fueran las mejores. Estaba preparada sicológicamente para soportar la presión del público, porque la colombiana debía discutir conmigo. Ya al final llegué con ventaja y me dediqué a marcar detrás de ella en los 800 para terminar en primer lugar», explicó la guantanamera, quien impresiona con sus palabras.
Uno la escucha, entiende que de verdad no está al máximo, entiende que puede ser mejor, y uno se percata de que ella tiene siete vidas. Deberíamos prestar más atención a todas sus pruebas.

Vea aqui la tabla de medallas hasta 03/08/2018, último dia de competiciones:


XXIII JUEGOS CENTROAMERICANOS Y DEL CARIBE - BARRANQUILLA 2018


La dinastía del triple

Desde 1986 hasta la fecha el triple masculino cubano no ha dejado escapar ninguna medalla de oro en los Centrocaribe. El encargado de dar continuidad al reinado fue Cristián Nápoles

Cristián Nápoles pasará a la historia del triple salto cubano como el décimo hombre que ha conquistado el título de la especialidad, en la cual nuestro país no conoce la derrota en Juegos Centroamericanos y del Caribe desde la edición de La Habana 1982, cuando el bahamés Steve Hanna clavó los pinchos en 16.73, nueve centímetros más que Lázaro Betancourt.
Después de aquella derrota, en todas las ediciones en las que Cuba ha participado el triple ha dicho presente en la casilla dorada del medallero, incluso ahora en Barranquilla, donde alguien pudo dudar de la racha, pues nuestros representantes eran dos chicos que ahora están comenzando sus carreras: Cristián Nápoles (19 años) y Jordan Díaz (17).
Ellos se encargaron de dar continuidad al ciclo ganador de una de las especialidades con mayor tradición en nuestro movimiento deportivo, y lo hicieron con números relevantes, porque Nápoles consiguió su mejor marca personal (17.34 metros) y Jordan tuvo una secuencia de cinco saltos por encima de 17 metros.
La competencia fue bastante sencilla para los cubanos, pues Cristián puso diferencias desde su primer salto, ya inalcanzable para el resto de los competidores, mientras el flamante monarca mundial Sub-20 fue creciendo con la noche y dejó estirones de 17.14, 17.27 y 17.29 en sus tres oportunidades iniciales, por mucho el más estable de los finalistas.
«Salí a divertirme, no me tomé la competencia con mucha presión, porque sabía que la medalla se iba a quedar en Cuba, ya fuera por mí o por Jordan. El 1-2 estaba garantizado, y por eso disfruté bastante, me sentía relajado, alegre, y eso ayudó en el desenlace final», destacó Nápoles, impresionado al conocer que por decimotercera vez en la historia Cuba consigue el 1-2 en el triple.
Jordan, por su parte, se mostró satisfecho con la plata, consciente de que, por su edad y proyección, puede convertirla en oro en venideras oportunidades. «Esta ha sido la primera de las muchas batallas duras que voy a tener en mi carrera. Me siento muy contento por haber logrado una medalla, no importan que sea de plata, porque al final Cuba ha ganado el oro también. Salí a saltar duro desde el primer intento, ya me he adaptado a competir así, aunque con 17 años sé que me quedan muchas cosas por vivir y aprender», afirmó el joven capitalino.
BORGES REPITIÓ EN LA PÉRTIGA
Y en la pértiga, por primera vez desde la década del 80 del siglo pasado, Cuba retiene la corona, gracias al desempeño de Lázaro Borges, a quien solo le bastó con salto de 5.30 metros para subir a lo más alto del podio, eso sí, acompañado por el colombiano Walter Viafara, dueño de idéntico registro.
Los dos tuvieron la misma línea en la competencia, pues abrieron con 5.10, altura que superaron en su primer intento, y luego pasaron sucesivamente, sin fallos, hasta el 5.30 ganador. Ambos buscaron romper la paridad en 5.40, pero fallaron sus tres oportunidades y el sitial de honor fue compartido entonces.
«Quise no hacer tantos saltos y economizar las energías, pues arrastraba una molestia en el tobillo. Sabía de rivales complicados que tendría, algunos con marcas por encima de 5.50, pero no se presentaron y eso nos dio algo de respiro, aunque el colombiano se presentó bien y tuvimos los mismos saltos efectivos», consideró Borges, quien tuvo palabras de elogio para el otro cubano de la prueba, Eduardo Nápoles, bronce con 5.20.
«Es un muchacho que va a dar bastante que hacer. Muy aguerrido, técnicamente muy bueno, viene despuntando bien, y con él subirá el nivel de la pértiga en Cuba», concluyó.

XXIII JUEGOS CENTROAMERICANOS Y DEL CARIBE - BARRANQUILLA 2018


¡Atrápame si puedes!


El atletismo cubano cerró a todo tren su actuación en Barranquilla con dos espectaculares coronas de los relevos largos en uno y otro sexo

No había que ser un experto en matemáticas para darse cuenta de que Cuba, ni por asomo, se acercaría a la brutal cantidad de 23 preseas doradas alcanzadas en el atletismo de los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014, pero quedaba la duda de si podrían, al menos, concretar la decena de coronas y terminar al frente del deporte rey en Curramba La Bella.
La primera de esas metas se cumplió con los cuatro cetros logrados este jueves, pero la segunda todavía está en vilo, pues si algún colombiano gana en el cierre del maratón y nadie de Cuba da la clarinada, entonces los anfitriones terminarían como monarcas del campo y la pista en la vigesimotercera edición de la lid multideportiva regional más antigua del planeta.
Pero antes de pensar en ese desenlace hay que hablar de lo ocurrido en el estadio Rafael Cotes en la penúltima jornada de competencias, la cual Cuba saldó con cuatro medallas de oro, dos de ellas en los relevos largos, otra en el triple y una última en la pértiga masculina, prueba en la que Lázaro Borges culminó igualado en la punta con el colombiano Walter Viafara.
Todas esas preseas tuvieron su camino de emociones, pero las postas largas del relevo se llevan el premio, pues supieron rematar en los 400 metros finales luego de recibir los batones con cierta diferencia respecto a los punteros de la carrera. Roxana Gómez y Yoandys Lescay fueron los encargados de cerrar con broche de oro, y lo hicieron a ritmo de crucero, con zancada larga y sostenida, justo lo que necesitaba para implantar un récord (3:29.48 minutos) de los Juegos las mujeres, y los hombres su mejor registro (3:03.87) de la temporada.
Particularmente emocionante fue la demostración de Roxana, quien compitió lesionada y al final tuvo que salir en camilla, pero con la satisfacción de haber regalado la corona a Cuba junto a Zurian Hechevarría, Gilda Casanova y Rose Mary Almanza, esta última monarca en 800, 1 500 y 4x400 metros, récord que ninguna mujer había logrado en la historia de los Juegos, y que costará igualarlo en años.
«Estoy sin palabras en este momento, feliz por el resultado del relevo. Es la primera vez que lo corro en un evento internacional y lo hicimos excepcional», aseguró Almanza, quien agradeció a sus compañeras por el tremendo esfuerzo. Por su parte, Roxana reconoció que arrastraba molestias, pero eso no fue impedimento para seguir en paso de la rival jamaicana y adelantarla en el momento justo, con poco menos de 200 metros para terminar la prueba.
Zurian, quien abrió por Cuba, se vio bastante bien pese a que los 400 planos no son su especialidad, mientras Gilda cubrió el tercer tramo con solvencia, sin dejar escapar a las contrarias, aunque confesó que sintió temor por echar a perder el resultado del relevo.
«No estuve bien en mis pruebas, no he tenido un año nada bueno y eso siempre crea dudas, pero gracias al apoyo del profesor Ricardo Molina, quien me dio mucha confianza para salir a apoyar a mis compañeras, que tanto se han sacrificado por este triunfo», aseguró Gilda.
Los hombres no se quedaron atrás, de hecho, su cierre también fue espectacular, porque Lescay tomó el batón entre el cuarto o quinto puesto y recuperó la diferencia, ejerciendo el papel de líder de la posta y único «sobreviviente» del relevo que ganó hace cuatro años en Veracruz.
«Estos muchachos son muy nuevos, por eso hay que destacar tanto lo que hemos conseguido. Estoy muy contento con mis compañeros y nuestra entrenadora, que nos dio gran confianza. Todos demostramos que no estamos aquí por gusto, demostramos de qué estamos hechos», precisó Lescay, quien corrió con Adrián Chacón, Raydel Rojas y Leandro Zamora.
«En mi caso particular, llevo años tratando de especializarme en remates como los que hice en la carrera y espero seguir mejorando. Aquí tenía la espina clavada de los 400, donde perdí con Luguelín Santos, pero ahora fue diferente», destacó Lescay, quien considera que el nivel centroamericano es cada vez más sólido.



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