sexta-feira, 18 de janeiro de 2019

Béisbol Cubano

Las Tunas: misión cumplida


El Balcón del oriente cubano es hoy la capital beisbolera del país; por primera vez sus Leñadores levantan el trofeo de campeones nacionales

Las Tunas es la noticia besbolera del 2019, logra el primer título en una Serie Nacional de Béisbol Foto: Ricardo López Hevia
Qué pudiera decirse en este minuto, cuando un equipo ha hecho al béisbol cubano tan grande; un elenco que nunca se había subido a lo más alto del podio de esta pasión que hace vibrar a todo el país, y que ahora desde el trono enorgullece a todos los que amamos a este bello y emociónante deporte. Las Tunas y sus Leñadores, han hecho historia, han puesto la capital de la pelota en Cuba justo en el mismo centro de su provincia al conquistar su primer gallardete en series nacionales.
Y no creo exagerar si digo que todos fuimos un poco tuneros, no se trata de parcialidad con un conjunto u otro, sino del orgullo por tener el privilegio de ver la pelota que este equipo jugó desde el primer día.
Vimos a Las Tunas ganar con excelentes joyas de pitcheo, en juegos cerrados, en desafíos eminentemente tácticos; se les vio vencer poniendo la velocidad en función de la ofensiva, y claro, también a leña limpia, porque ninguna ofensiva es más temida por su fuerza, por su versatilidad y por su velocidad.
Este propio partido del ya histórico y beisbolero 17 de enero de 2019 fue una muestra de ello. En la séptima entrada una decisión que evidentemente no fue fruto de una corazonada ni de la improvisación, sino de algo estudiado, les abrió el camino hacia el trofeo de campeones a los tuneros. Puede verse rara, no acostumbrada o ilógica, pero en ese capítulo y con el juego empatado a cuatro, su supersónica dupla trabajó para el bate más certero del equipo. Andrés Quiala se embasó con jit en toque de bola, para darle paso a lo que se me ocurre calificar de una jugada bella: Yunieski Larduet se sacrificó, regalando el segundo out y Jorge Johnson, con jit al izquierdo, puso delante a su equipo para no perder más la ventaja ganadora.
Con justicia y por méritos indiscutiblles, Jorge Johnson fue el jugador más valioso de la final de la pelota cubana, ganada por los Leñadores de las Tunas Foto: Ricardo López Hevia
El premio tenía que llegarle por tanta elegancia y fue en la última entrada a la ofensiva de este equipo en la 58 Serie Nacional; apareció el mismo Johnson, con dos compañeros a bordo, y la mandó a guardar en las gradas del jardín derecho para que un sismo de alegría levantara a Las Tunas y a toda Cuba: jonrón de tres carreras, jonrón de campeonato.
Hay aristas que la emoción ahoga en una final de campaña, pero no creo que ninguna impida tener la calma para hacer una reverencia ante Don Danel Castro. Si Las Tunas puede hoy decir misión cumplida es porque tuvo en este hombre a un soldado del béisbol. Coraje, ejemplo y un amor sin límite a su camiseta lo hicieron llegar, no se fue hasta conseguir con su franela el título más ansiado del deporte en el país. Cuando cayó el último out del campeonato, mi primer pensamiento fue para él. Para esa novena, para los más jóvenes, tiene que ser un privilegio y un aprendizaje haber compartido el triunfo con un pelotero de su clase
La pelota nos aprieta el pecho, nos hace brotar los sentimientos de cubanía y despertar la grandeza de los hombres y mujeres de esta tierra beisbolera y de paz. La fiesta también tuvo en Villa Clara a un digno rival, que incluso perdiendo por cuatro salió a buscar en el noveno llenando las bases, pero se encontró otra vez con Yoalkis Curz. Sin embargo, Santa Clara se llevó los aplausos por ese bonito gesto de ovacionar al contrario, a un gran campeón, y en su propio patio despedirlo con fuegos artificiales.
Ha terminado una gran Serie Nacional y el béisbol es agradecido, por eso hoy premió a Las Tunas y desde ya
El joven refuerzo de Mayabeque teminó ganando el tercer y cuarto juegos para que Las Tunas logrará su primer título nacional en la pelota cubana. Foto: Ricardo López Hevia
vamos a extrañar a los Leñadores, aunque muy pronto tendremos también el orgullo de verlos defender a Cuba en la Serie del Caribe. Nadie puede hacer un pronóstico desde ahora, sería insensato e irresponsable, ante un certamen de rigor como ese, pero lo que sí podemos asegurar es que estaremos representados por un equipo al que da gusto verlo jugar y que no se rinde hasta el último out.
Fueron esas credenciales las que le dieron el éxito muy merecido porque:
  • Desde el 9 de agosto, cuando comenzó la temporada, ningún equipo fue más grande en el terreno, cada partido lo enfrentaron como si fuera una final.
  • Mostró cohesión, engranaje perfecto. Se veía una familia en el terreno.
  • Todos fueron protagonistas, porque cuando uno no rendía aparecían otros.
  • Físicamente siempre se vieron muy arriba.
  • Nunca hubo improvisación, la estrategia de cada choque reflejaba un serio trabaja de planificación.
  • Logró un excepcional rendimiento en todas sus líneas.
  • Danel Castro, con toda su juventud acumulada, fue líder, removió a todas Las Tunas cada vez que vino al bate.
  • Jorge Johnson es hoy uno de los bateadores más seguros en la caja de bateo.
  • Yosvani Alarcón estuvo inmenso como capitán, receptor y siempre fue el bate agresivo del bosque de los campeones.
  • Andrés Quiala se ha hecho imprescindible por su arrojo al campo y al bate, desde su modesto, pero importante noveno turno.
  • Yunieski Larduet es uno de los hombres más difíciles de poner out en la pelota cubana
  • Denis Peña se hizo pelotero cuando su equipo lo necesito.
  • Yoalkis Cruz puso la fe en cada lanzamiento y el pecho a todos los bates rivales.
  • Yudier Rodríguez, desde su brazo zurdo, fue un misterio para sus adversarios.
  • Yosbel Alarcón fue el relevo eficiente que siempre estuvo desde el primer día para resolver los momentos difíciles.
  • Cada uno en el banco, en el bullpen, jugó su rol, desde el más sencillo hasta el de más rango.
  • Los refuerzos desde la segunda etapa fueron decisivos y se incorporaron como si siempre hubieran jugado con esa franela.
  • Jorge Alomá pareció un tunero más, aportó al título y le dio también el campeonato de bateo.
  • Alexander Ayala fue todo empeño en el campo corto y rejuveneció en cada lance y turno al bate.
  • Yoanni Yera no hizo quedar mal a los Leñadores, su serenidad también alumbró esta corona.
  • Erlis Casanova le dio seguridad a las aperturas y su ecuanimidad vistió a la diadema alcanzada.
  • Yadian Martínez, uno de los grandes talentos del pitcheo, se entregó con todo su ímpetu juvenil para ganar el tercer y cuarto juegos de la final.
  • Los entrenadores, carga bates, mascotas, la familia que acudió a apoyarlos juego tras juegos, hasta este último, todos dieron su granito de arena.
Párrafo aparte para Pablo Civil. Fue un maestro, un estudioso; también un líder y un certero conductor y diseñador de este histórico campeonato. Hasta en los momentos más difíciles, sin perder la combatividad que lo caracteriza y su mentalidad ganadora, estuvo sereno, fiel a lo que había sopesado, como dice él, en muchas horas de desvelo. El desempeño de su equipo reflejó un serio trabajo de planificación detrás, tanto en el orden individual como colectivo.
Por eso pudo ser sorpresa para cualquiera, menos para él, que Yoalkis Cruz y Yudier Rodríguez emergieran como los grandes relevistas del equipo, al modificarles su rol. Para mí una de las claves de este éxito y que evidentemente pasó por un profundo estudio previo.
Ni se pasó ni le faltó, fue enérgico en las decisiones, celoso con la disciplina a cualquier precio y por eso logró un excelente equipo, una maquinaria de jugar pelota.
Pero falta algo, o mejor, faltan muchos. El trofeo que los Leñadores llevan para casa tiene grabado el nombre de todos los tuneros y tuneras que prácticamente han convertido el hacha de los bates de sus peloteros en el escudo de la provincia. Esa afición, ese pueblo, le tiró a todas las pelotas, a las que salían de jit o jonrón, y también a las que los bates abanicaban; atrapó cada pelota, sufrió con cada error, saltó con Quiala el primer día de la postemporada para robar un jonrón; se colgó del brazo de Yera, Casanova, Yoalkis, Yudier o Yadián; robó cada base de Larduet y bailó con Danel y sus batazos. Las Tunas vivió cada inning y de cada uno de ellos salía un poquito más campeona.
AUGUSTO C. SANDINO
C
H
E
LTU
020 200 103
8
12
1
VCL
112 000 000
4
10
1
G: Yadián Martínez (2-0). P: Yosvani Torres (0-2). JS: Yoalkis Curz. Jorge Johnson y Alexander Ayala

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