James Cleveland Owens ou simplesmente, Jesse Owens nasceu a 12 de setembro de
1913, em Oakville, Alabama, Estados Unidos. Foi um afro-americano que se destacou no atletismo, pelas medalhas
que conquistou e por um feito único: em 25 de maio de 1935, com apenas 16 anos,
este neto de escravos quebrou 3 recordes do Mundo e igualou um em apenas 45
minutos nos Estados Unidos. Ele bateu o recorde mundial para as 100 jardas (91,44 metros), com 9,4 segundos. Logo depois, no salto em distância, atingiu 8,13
metros, marca que só foi superada em 1960. Na mesma tarde, 20 minutos
depois, marcava 22,6 segundos na prova de 220 jardas com obstáculos. O
quarto recorde mundial foi no revezamento 4 x 100m.
Jesse Owens tornou-se mundialmente conhecido durante sua participação nos Jogos
Olímpicos de Verão de 1936, em Berlim, na Alemanha de Hitler, onde ganhou quatro medalhas de ouro nos 100 e 200 metros, no salto em
comprimento e na estafeta (4×100 metros), com a camisola dos EUA.
Com esta façanha, Jesse Owens silenciou a voz de Hitler, que defendia a
propaganda nazi “a Alemanha acima de todos”. Nos jogos os
alemães conquistaram mais medalhas do que os norte-americanos, mas na
principal modalidade, o atletismo, foram os norte-americanos que levaram a
melhor, com Owens que foi considerado, de longe, o melhor atleta dos
Jogos.
Hitler não cumprimentou o afro-americano, naquele
evento –, porém isso não foi uma desilusão para Jesse Owens. Na sua
biografia, revelou que a sua maior mágoa estava relacionada com a
atitude do presidente norte-americano Franklin Roosevelt.
“Hitler não me cumprimentou, mas também não fui convidado
para ir à Casa Branca receber um aperto de mão do presidente do meu
país. Nem sequer enviou um telegrama a dar felicitações pelas medalhas”,
escreveu.
Jesse Owens morreu em Tucson, em 31 de março de 1980. Em 2012,
o seu nome passou a constar do Hall da Fama do atletismo, durante as
celebrações pelo centenário da IAAF – Associação Internacional de
Federações de Atletismo.
La ASEA confirmó el programa de expositores de su 18° CONGRESO,
a realizarse los días 29 y 30 de mayo. A la fecha se han registro
entrenadores de toda Sudamérica y otras regiones del mundo, pero la
posibilidad de seguir las disertaciones es abierta, sin restricciones.
Las disertaciones podrán seguirse por los canales de CONSUDATLE, que
serán indicados los próximos días.
Los interesados pueden
registrarse , haciendo llegar sus datos personales de nombre,
apellido, país, e. mail y número de WhattsApp a la siguiente dirección
de correo asea-actividades@hotmail.comdonde
ASEA esta creando una base de datos para información permanente. La
ASEA esta recibiendo como es habitual la colaboración de la CONSUDATLE
a través de su Departamento de Desarrollo.
El programa a desarrollarse es el siguiente:
18º Congreso Anual Asociación Sudamericana de Entrenadores de Atletismo. ASEA
Se muestra horario de INICIO de cada sesión , en horario LOCAL DE URUGUAY
Santiago
Antúnez fue una de las personas a las que Aliuska López Pedroso dijo
que después de los Juegos Olímpicos de Sidney 2000 se retiraría. En ese
entonces su pareja era un español, por lo que hacia aquel país fue para
continuar su vida. Ella repite por enésima vez que no se quedó durante
ninguna competencia, salió de Cuba casada. La aclaración la hace porque
pasó 16 años sin poder regresar a la Isla, después de aparecer en una
lista negra que impedía su retorno. Los motivos reales que la privaron
de entrar a su país entre 2000 y 2016, todavía hoy, no los conoce.
Varias
veces llamó y su nombre permanecía en la lista. Dice que era una suerte
de “quiero, pero no puedo”. Tenía que resignarse y vivir así. Veinte
años después, la vallista corta habanera dice que entiende de alguna
manera la posición de las autoridades antillanas, toda vez que ella
salió con un pasaporte oficial. Al regresar de Sidney habló con Humberto
Rodríguez, otrora presidente del Inder, y le consultó si podía viajar a
España con ese documento, pues no estaban haciendo pasaportes
ordinarios.
Actualmente ella reconoce que su gran error fue salir
con el pasaporte oficial. Luego de eso empezó una fase nueva en su
trayectoria: con 31 años comenzó a competir en España y después por ese
país, aunque sus mejores momentos habían pasado.
En 2002 recibió
la nacionalidad sin muchas dificultades, pues ya estaba casada. 2006 fue
su último año representando a la nación ibérica y poco tiempo después
dejó de intervenir en eventos de clubes. Entendió que era hora del
retiro definitivo.
Aliuska defendió la causa cubana en tres Juegos
Olímpicos (dos finales) y seis Mundiales consecutivos al aire libre
(cuarto puesto en Stuttgart 1993), además fue titular y medallista de
bronce en lides del orbe de pista cubierta y conquistó tres coronas en
Juegos Panamericanos. Todos esos desempeños los firmó en su prueba
fuerte.
Por España intervino en diversos certámenes, incluso en la
edición olímpica de Atenas 2004, pero afirma que no sintió los mismos
sentimientos cuando competía por su bandera. “No sé, era otra cosa, no
se corre igual. Hay atletas que dicen que sienten por otro pabellón,
pero en mi caso no es así. Ganar una medalla por mi país triplica las
emociones, hombre, eso ni se diga”.
Después de decir adiós,
apareció un capítulo desconocido en su vida. Primero nació Javier, pocos
años después Víctor. También comenzó a trabajar por primera vez, en
Oviedo, la ciudad asturiana donde ha vivido siempre desde su marcha.
Ahora labora como monitora de varias mujeres haciendo spinning.
Tus
hijos los tuviste a partir de los 40 años, una edad que, según los
expertos, es de alto riesgo para dar a luz, ¿qué les aconsejas a las
mujeres que todavía no son madres?
“Les diría que esperen a los 35 más o menos. Yo tuve mis hijos a los
40 y de verdad que disfruté mi vida a tope, no me faltó nada por hacer.
Ahora los tengo y dedico mi vida a ellos”.
Desde que
marchas en 2000 hasta la actualidad, has venido a la Isla dos veces, ¿se
extraña tanto Cuba como dicen casi todos los emigrados?
“Sí,
la primera vez fue en 2016 y estuve menos de dos semanas. La segunda
fue el pasado año, llegué el 26 de junio y me fui el 6 de septiembre con
mis hijos, quienes nunca habían venido. Ellos la pasaron súper
fenomenal, disfrutaron de las playas, los museos y el más pequeño me
decía «mira mamá, ando descalzo, ya soy un cubano más»”.
“Las dos
veces que he viajado a Cuba he intentado irme sin que me queden grandes
cosas por hacer. En 2016, afortunadamente, pude disfrutar de la compañía
de mi padre todos los días. No sabes lo importante que eso fue para mí.
Siempre me he ido contenta y a partir del 2019 me propuse estar cada
año en mi país, porque Cuba te obliga a añorar. Es tan especial, desde
su gente hasta sus bondades naturales e históricas. Imagínate cuánto la
eché de menos esos 16 años alejada de ella”.
Casi una
década y media como integrante de la selección nacional te permitió
escalar a podios o incluirte en finales de eventos internacionales de
primer nivel. Sin embargo, dos veces me has dicho que tu oro de La
Habana 1991 lo disfrutaste a tope, más que ningún otro.
“Los
Juegos Panamericanos de 1991 me permitieron ganar un título delante del
pueblo de Cuba, de mi familia. No olvido las caras de mis padres
gritándome hasta el final. Algo muy bonito. Mi padre fue a casi todas
las carreras mías allá y creo que disfrutaba las competencias más que
yo, corría él más que yo. Ojalá y esa final panamericana de 1991 se
repitiera nuevamente”.
Duro es enterarte de la muerte de tu padre desde la distancia, ¿cómo recuerdas aquel 20 de febrero de 2017 en Oviedo, España?
“Prefiero
no hablar de la muerte de mi padre. Sería destapar muchos sentimientos,
mucha nostalgia, porque fue un día muy difícil para mí, a pesar de que
yo conocía de su delicado estado de salud”.
Alguien que tú
misma consideras como un segundo padre es Santiago Antúnez. Los años
pasan y lo de ustedes todavía parece ese vínculo tan estrecho de cuando
ambos coincidieron en la selección nacional.
“A pesar de
la distancia, sí te puedo decir que todavía existen esos sentimientos
propios de padre e hijo. Aunque él no fue quien me descubrió, sí fue
quien me inició por el camino de los grandes resultados. Un entrenador
brillante, como te dije una vez, él era mis ojos, pues me conocía desde
los 14 años. La verdad que es una relación eterna”.
Es
cierto que el atletismo cubano hoy tiene alrededor de tres o cuatros
figuras con opciones reales de obtener medallas en Campeonatos Mundiales
y Juegos Olímpicos, pero en tu época el abanico de posibles medallistas
a esos niveles era más amplio.
“No te voy a mentir, el
atletismo cubano del presente ha mermado mucho su calidad y existen
pocos atletas de gran nivel. Antes íbamos a las competencias casi con
equipo completo y en muchas pruebas acudían dos o tres exponentes. Ahora
es una pena ver especialidades sin figuras destacadas y que antes eran
garantías de podios. Me causa mucha tristeza esa situación porque son
deportistas con más recursos que los que tuvimos nosotros”.
La
nostalgia te invade al ver que no existe una representante de 100 m/v
en nuestro país que se proyecte para un podio en una justa de las más
prestigiosas del mundo.
“Creo que va a pasar mucho tiempo
para que haya una vallista corta en Cuba de primer nivel. No sé qué
pasa, porque antes salían numerosos vallistas en diferentes provincias,
tanto mujeres como hombres. No sé cuál es la metodología para la
captación de talentos, pero es una realidad preocupante”.