Cerró sus cortinas el Campeonato Mundial de Atletismo, evento que durante diez jornadas acogió a 2 034 competidores de 205 países, la mayor fiesta del deporte rey, donde Cuba quedó lejos de sus propósitos.
Cerró sus cortinas el Campeonato Mundial de Atletismo, evento que durante diez jornadas acogió a 2 034 competidores de 205 países, la mayor fiesta del deporte rey, donde Cuba quedó lejos de sus propósitos.
Muchas esperanzas estaban cifradas en la última fecha, en la cual nuestras discóbolas Yaimé Pérez y Denia Caballero contaban con las últimas posibilidades de alcanzar una presea. La primera, envuelta en la mejor temporada de su carrera, y la segunda apoyada en su pedigrí de titular del orbe y bronce olímpico.
Las dos antillanas quedaron por debajo de los vaticinios tras ocupar los puestos cuarto y quinto, respectivamente. No solo concluyeron fuera del podio –pues a la australiana Dani Stevens ninguna de ellas le arrebataba la medalla de plata con sus 69.64 metros, récord personal y de Oceanía– sino que estamparon pobres marcas, ninguna superior a los 65 metros.
Yaimé, quien este año archivaba un 69,19 como mejor registro de la temporada y de su carrera, culminó con 64,82, incluso inferior al logrado en la ronda clasificatoria (65,58) el pasado viernes. Ella había sido la única atleta capaz de doblegar este 2017 a la croata Sandra Perkovic, a la postre medallista de oro en Londres con su inalcanzable 70,31. El bronce de este mundial correspondió a la francesa Mélina Robert-Nichon (66, 21).
Denia, quien venía de un año repleto de altibajos, quedó igualmente lejos de sus marcas relevantes al enviar el disco hasta los 64,37 metros. La villaclareña poco hizo en la defensa de su trono mundial de Beijing 2015 con un solo lanzamiento –entre cuatro intentos válidos– superior a los 64 metros. En resumen, la actuación de nuestras discóbolas dejó un sabor amargo en la clausura mundialista. Ambas incumplieron con las expectativas depositadas en ellas como principales candidatas a medallas en la delegación cubana, responsabilidad que al parecer añadió demasiada presión a su rendimiento.
Por último, el relevo 4x400 cubano, integrado por Williams Collazo, Adrián Chacón, Osmaidel Pelliecer y Yoandys Lescay finalizó en la sexta posición (3:01.10 minutos) gracias al excelente tramo corrido por Lescay, quien rebasó a los corredores de Polonia y Francia. La prueba fue dominada por Trinidad y Tobago (2:58.12) para destronar a los Estados Unidos (2:58.61) y Gran Bretaña (2:59.00).
Con una sola presea de bronce de la pertiguista Yarisley Silva, Cuba ancló en el escaño 38 de la tabla general de medallas, su peor actuación en la historia de estos certámenes iniciados en Helsinki 1983. La justa fue ampliamente dominada por los Estados Unidos con 10 medallas de oro, 11 de plata y 9 de bronce, seguido por Kenia (5-2-4), Sudáfrica (3 -1-2) y Francia (3-0-2).
Como colofón a la clausura se despidió al hombre más rápido de la historia, el jamaicano Usain Bolt, quien recibió el aplauso de los más de 60 000 aficionados en el estadio. Bolt fue homenajeado por el presidente de la IAAF, Sebastian Coe, y el alcalde de Londres, Sadiq Khan, quienes le entregaron un cuadro con la flecha que ha simbolizado al Relámpago.
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