CUBANAS EN EL MUNDIAL SUB-23
Voli es más que dos o tres atacadoras…
El desempeño en conjunto, lo que muchos catalogan como team work, en el voleibol es una máxima conducente al triunfo
Turquía, que en el 2015 ganó medalla de plata en el Mundial Sub-23 femenino de voleibol, ahora la tornó en oro brillante, mientras Cuba ascendió desde las frías temperaturas pegaditas al sótano en las dos ediciones precedentes hasta la mitad de la tabla de posiciones.
Conocidos son los avatares de las antillanas en su andar tanto en nuestra área geográfica como en certámenes del orbe, escenarios en los que nada agradables han sido sus resultados. A la distancia que nos separa de Eslovenia –sede del recién concluido Campeonato Mundial– atenido a las estadísticas y a las experiencias archivadas en los últimos años como los fracasos en los Grand Prix y otras lides, la conclusión es que las muchachas aún tienen muchos kilómetros por recorrer para dejar de ser un elenco perdedor.
La inestabilidad en el rendimiento las lleva a contrastes como el que les describo. El viernes dominaron 4-1 a Brasil (oro del 2015) en el último juego de la eliminatoria, incurriendo en solo 11 errores por 16 las auriverdes, mientras la opuesta Heidy Casanova marcaba 23 puntos. Dos días después, en la discusión de los puestos quinto-sexto, las mismas sudamericanas las redujeron en cuatro sets, 15-12, 15-6, 15-8, 15-13. ¿Qué dicen el segundo y tercer parciales? Son la muestra fehaciente de una selección Cuba incapaz de mantener un ritmo de juego, al punto de que en ese choque casi dobló el número de pifias en relación con las de sus contrincantes: 15 por 8.
En torno a las fallas, únicamente en los dos desafíos ganados durante la fase eliminatoria, frente a Kenya y Brasil, las cubanas cometieron menos errores que sus rivales. Aun así, tras perder 0-4 a manos de Turquía y Japón, comenzó a verse una luz de esperanza en la actuación de las alumnas de Wilfredo Robinson, cayeron 3-4 ante Bulgaria como prólogo de sus éxitos a costa de Kenya (4-0) y Brasil (4-1) que las promovieron hasta la discusión de los puestos del quinto al octavo, a pesar de sumar dos victorias y tres reveses en preliminares.
RENDIMIENTO INTERMITENTE
El desempeño en conjunto, lo que muchos catalogan como team work, en el voleibol es una máxima conducente al triunfo. Quisiera imaginar cuánto sufrió el mentor Robinson (lo vi en una foto con las manos juntas implorando al cielo) porque intranquiliza ver que su equipo, además de las pifias, solo alterna de una a tres jugadoras capaces de sobrepasar los diez puntos por partido.
Imposible confiar la tarea de marcarle al rival únicamente a la atacadora Heidy Casanova, la más estable en los siete desafíos efectuados en este Mundial, con sobresalientes cifras de anotación contra Bulgaria (15 tantos), Brasil (23) en la eliminatoria, China (17) en la semifinal para vencer 4-1 y avanzar a la disputa del quinto peldaño frente a Brasil, oponente al que Casanova le hizo 13 cartones, a pesar del revés 0-4 que decretó el sexto lugar de Cuba.
Ailama Cese y la capitana Diaris de la Caridad Pérez tuvieron un rendimiento ofensivo intermitente, que fluctuó en el caso de la primera de ellas desde los 15 puntos cuajados de cara a las búlgaras hasta bajar a cuatro en el compromiso con Japón. Muy parecida historia la entregó Diaris, quien estuvo entre diez y 15 anotaciones contra Bulgaria, Kenya y Brasil, para descender a cuatro en la porfía final net por medio ante las sudamericanas.
El resto del plantel, incluyendo regulares y reserva, en ninguna de las siete salidas a la cancha de este Mundial sobrepasaron los nueve puntos per cápita, grupo compuesto entre las que más jugaron por Laura Beatriz Suárez, Liset Herrera, Yelenis Díaz, Claudia Hernández y la pasadora Gretel Moreno.
El voli es más que dos o tres atacadoras, para plantearse metas superiores la maquinaria ha de trabajar coordinada. Si en el Campeonato Mundial de Tijuana 2013 las nuestras ocuparon el noveno puesto entre 12 naciones y en Turquía 2015 fueron oncenas, este sexto peldaño únicamente indica que pudieron empujar con mayor potencia en el paso conclusivo frente a un Brasil cuyo mentor Wagner Luiz Coppini reconoció desde el principio de la lid que sus chicas todavía debían jugar mucho para imitar al elenco medallista de oro dos años atrás.
Posiciones finales: Turquía, Eslovenia, Bulgaria, República Dominicana, Brasil, Cuba, China, Tailandia, Egipto, Japón, Argentina y Kenya.
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