VIII SERIE MUNDIAL DE BOXEO
No se tropieza tres veces con la misma piedra
El elenco cubano dejó en el camino con relativa comodidad al conjunto Gallos de Pelea de Francia por un resultado global de ocho peleas a dos, en una de las dos semifinales del evento y se encamina a disputar su quinta final de manera consecutiva, resultado que ninguno de los otros equipos ha logrado conseguir en la historia de este certamen.
El primero de los dos objetivos planteados para la presente temporada por la franquicia Domadores de Cuba acaba de cumplirse, tras la obtención el viernes último del boleto hacia la gran final de la VIII Serie Mundial de Boxeo (WSB).
El elenco cubano dejó en el camino con relativa comodidad al conjunto Gallos de Pelea de Francia por un resultado global de ocho peleas a dos, en una de las dos semifinales del evento y se encamina a disputar su quinta final de manera consecutiva, resultado que ninguno de los otros equipos ha logrado conseguir en la historia de este certamen.
Para los pugilistas que integran la formación de los Domadores, llegar a pelear por el título de la Serie Mundial era desde el comienzo del torneo un resultado posible, porque calidad y experiencia tienen en sus filas para decir presente en la fase más importante, independientemente del nivel competitivo mostrado por los rivales que podían enfrentar en el camino.
El reto queda ahora en materializar el segundo objetivo que no es otro que levantar por tercera ocasión el trofeo del clásico. En medio de ese sueño se encuentra nada menos que la selección de los Astaná Arlans de Kazajstán, victimarios de los cubanos en las finales de los años 2015 y 2017.
Un duelo entre antillanos y kazajos pondrá de por medio dos estilos, dos escuelas de boxeo. Los caribeños con una técnica depurada, mientras los asiáticos exhiben gran resistencia y pegada. Vaticinar un ganador se vuelve tarea bien complicada para cualquiera. Se trata de dos escuadras completas y con muy pocas fisuras.
Para nadie es un secreto que los cubanos lanzarán a sus mejores hombres sobre el cuadrilátero, casi todos medallistas olímpicos y mundiales. Sin embargo, los kazajos puede que prescindan de alguna figura establecida y llamen a quien se encuentre en mejor forma deportiva sin mirar su palmarés, así lo han hecho en el pasado con resultados positivos la mayoría de las veces.
Los cubanos conocen muy bien a los kazajos y estos a los nuestros, por lo que es de esperar un duelo bien cerrado, con grandes combates y posiblemente la decisión del equipo ganador se conozca en la penúltima o última pelea.
Para los Domadores, la victoria significará sacar la espina clavada el año pasado, cuando los Arlans hicieron una remontada espectacular ante los caribeños y para la que se requirió de un combate de desempate en los 52 kilogramos.
En estas semanas de preparación hacia la disputa del título se hace necesario trabajar sin presión y con la seguridad de que la victoria colectiva es posible, pues entre los diez Domadores existen cinco o seis figuras con la capacidad para superar al rival que cruce guantes con ellos.
Solo queda esperar porque la gran final se celebre en dos carteles, pactados para desarrollarse en casa de cada uno de los protagonistas, y no ocurra como el año anterior cuando todas las batallas se desarrollaron en el Palacio de los Deportes de Astaná, poniendo a los Domadores en franca desventaja ante sus rivales.
Lo más justo para estas dos excelentes franquicias sería una celebración por el título de la WSB con enfrentamientos de ida y vuelta. A diferencia del año pasado, los pupilos del entrenador Rolando Acebal se muestran en una mejor forma boxística en sentido general, lo que potencia las posibilidades de éxito.
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