sexta-feira, 7 de fevereiro de 2020

Idalis, carta olímpica en casa del trompo

Joel García

Cubadebate inicia la Serie Cuba rumbo a Tokio 2020


Decir judo en Japón es paternidad y tradición. Decir Idalis Ortiz en Cuba es confianza y liderazgo. Los próximos Juegos Olímpicos en la capital nipona tendrán un escenario conocido para ella: el Nippon Budokan, donde resultó subcampeona del mundo en el 2019 y pretende hacer historia, pues de coronarse sería la primera judoca cubana con dos oros a este nivel, en tanto con subir al podio extendería a ocho citas consecutivas la presencia de una antillana en la máxima división del sexo femenino.
Heredera de la impronta de Estela Rodríguez (plata en 1992 y 1996) y Daima Beltrán (plata en 2000 y 2004), la artemiseña asumió con bronce la responsabilidad de Beijing 2008, se vistió de oro en Londres 2012 y terminó con plata en Río de Janeiro 2016. Lidera actualmente el ranking del orbe en su categoría (+78 kg) y es una de las pocas caras que puede arruinarle la actuación casi perfecta que pretenden tener los judocas de casa en Tokio.
La conversación con ella es fácil mientras no la retes a subir al tatami con kimono. Está lista siempre para recordar momentos gloriosos o difíciles, personas que la ayudaron y anécdotas que han marcado sus tres preseas olímpicas y las ocho en campeonatos mundiales (2-2-4). Esta vez nos concentramos solo en las máximas citas cuatrienales y en la batalla que se avecina para quien en el actual ciclo (2016-2020) lleva solo nueve reveses en 72 pelas oficiales.
Idalis Ortiz, tricampeona de los Juegos Panamericanos. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
Idalis Ortiz, tricampeona de los Juegos Panamericanos y una de nuestras grandes esperanzas olímpicas. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.
El primer recuerdo: Beijing 2008
“Era algo diferente, que nunca había visto, pero los rivales eran iguales. Tenía 18 años y cualquier lugar estaba bien porque no estaba en los planes. Solo perdí con la china Wen Tong, la campeona olímpica y terminé con bronce. Es la medalla que más marcó mi vida. Si no fuera por esa no estuviera aquí. Me dejó ver que podía llegar a donde me lo propusiera”.
De Titán de bronce al oro olímpico: Londres 2012
“En ese ciclo (2008-2012) me decían: titán de bronce, a partir de que no  quedaba fuera de las preseas, pero no ganaba el oro. Al arribar a Londres la presión aumentó porque en el sorteo salí por el pool más difícil.
“Todas las noches me acostaba a mirar películas mexicanas. Las únicas que fueron a verme el día antes de competir fueron Bermoy y Lupetey. Pensaban que regresaría temprano y fui la última que volví a la Villa con el oro. Todo el cuerpo me dolía”.
Le pido alguna interioridad del último combate. Y la suelta en ráfagas.
“Estaba tranquila cuando terminó la regla de oro. El árbitro del centro era una mujer y me sonrió. Interpreté que quería decirme: lo has hecho bien, pero desconocía qué pensaban los otros. Dos días atrás habían virado una decisión unánime de hantei. Sin embargo, confiaba en ese momento que había ganado. Me tiré en el piso, pero me levanté rápido y pensé: cómo debe estar Cuba”.
Entre samba y Francia: Río de Janeiro 2026
“Todavía estoy muy contenta con esa medalla, porque en los Juegos Olímpicos ocurren muchas sorpresas y el solo hecho de llegar por segunda ocasión a una final es grande. El oro se me escapó por un error mío contra la francesa Emilie Andeol. Lo intenté hasta el último minuto. Quizás la técnica empleada (ura-nage) no la hice con suficiente fuerza, lo cual fue aprovechada por ella para inmovilizarme en regla de oro, cuando la pizarra marcaba ya más de siete minutos de combate”.
¿Qué significado tiene para ti asistir a tus cuartos Juegos Olímpicos luego de haber estado en el podio en los tres anteriores?
“Realmente tengo mucha confianza en mí y la mayor seguridad es sentirse bien preparado. Es otro reto porque ya hay una historia de más de 15 años en este deporte. Hay mucha gente que confía en que pueda lograr ese cuarta medalla y ser campeona. Estamos entrenando para eso”.
Las contrarias siempre te han respetado y eres de las que no se impresiona por ningún sorteo. ¿Cómo lo logras?
“Los sorteos jamás me han preocupado. Eso lo aprendí del profesor Veitía, de Lupetey, de Driulis y de otras grandes judocas que estaban en el equipo nacional cuando llegué en el 2004. Me enfoco más en hacerlo bien en cada pelea. Las contrarias son las que deben preocuparse, no yo. Y así han salido los resultados y han llegado las medallas”.
¿El hecho de ser en Japón pudiera presionar algo esta vez, sobre todo por las tres derrotas en cuatro combates con la anunciada representante de Japón para esos juegos?
“Que los Juegos Olímpicos sean en Japón no presiona en nada. Las cuentas ya están claras, es decir, el sorteo se hace a partir de la posición que ocupes en el ranking, por eso es importante seguir compitiendo y acumulando puntos. Respecto a la joven Akira Sone no presiona para nada a Idalis. Ella es una judoca como todas. Es cierto que me ha vencido tres veces, pero se le puede ganar. Y hacia eso voy”.
¿Qué pasará con Idalis después de Tokio 2020?
“Lo primero que voy a hacer es descansar unos meses y después ya veremos. Hasta para mí es una incógnita hoy lo que pasará conmigo después de Tokio 2020, pues tengo muchísimos proyectos que quiero desarrollar”.


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