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Varias ciudades se han rendido a sus pies. Verlo llegar a la jaula de lanzamiento casi siempre se traduce en un triunfo. Hablamos del discóbolo granmense Leonardo Díaz (categoría F-56), quien extendió su dominio a tres ediciones mundialistas del atletismo para discapacitados.
El cubano logró disparo de 45.10 metros en el estadio Suhaim Bin Hamad, de Doha, Catar, sede de la actual cita del orbe, para reeditar sus cetros precedentes de Christchurch, Nueva Zelanda 2011, y Lyon, Francia 2013.
Secuencia de seis disparos sobre los 40 metros (43.70-45.10-40.93-44.09-42.41-40.46) fueron muestras más que suficientes para relegar a la segunda plaza al recordista universal, el iraní Ali Mohammad Yari (44.97) y el vietnamita HauNguyen Be (38.94). A propósito de Leonardo, su registro constituyó plusmarca para estos certámenes.
Maestría deportiva, coordinación, técnica depurada, y voluntad como armas fundamentales posee Leonardo, capaz de sobreponerse al mayor obstáculo que le impuso la vida. De niño nunca presagió que su gloria dorada llegaría en el campo y pista. No cuando se inició a los ocho años en la lucha grecorromana, mucho menos cuando el accidente sufrido a los 17 que lo dejó parapléjico, producto de una lesión medular.
Más de un año tardó en vincularse nuevamente a una actividad deportiva. Entonces probó en el campo y pista en Manzanillo, donde comenzó a entrenar con Carlos Licea.Cuatro horas diarias dedica al entrenamiento Díaz, mezclando el aspecto físico con la técnica: “Es un buen lanzador, combina fuerza, rapidez, explosividad y buena técnica”, explicó la otrora estelar jabalinista Xiomara Rivero, su entrenadora.
La de Díaz no fue la única huella antillana de plusmarca en suelo catarí, donde hasta el próximo día 31 se reúnen 1 232 atletas de 95 naciones en busca de marcas paralímpicas.
La santiaguera Omara Durand no pudo estrenarse mejor con su guía Yuniol Kindelán, y en los 400 metros categoría T-12 (débil visual severa) rebajó en dos segundos, hasta 54.04, la anterior cota de la lid, para comandar la ronda clasificatoria entre ocho inscritas.
Igual de contundente se presentó el pequeño Lenier Savón en las preliminares del hectómetro T-12, capaz de rebajar en una centésima el primado de la justa. El guantanamero de 26 años y 1.65 metros de estatura largó por el carril tres y detuvo los relojes en 10.77, líder sin miramientos entre 16 corredores.
Cerró el accionar de la Mayor de las Antillas Ernesto Blanco, cuarto en las eliminatorias de la vuelta al óvalo categoría T-46-47 (amputado de un miembro) con registro de 50.46. El jamaicano Shane Hudson (49.15) comandó con su mejor marca personal.
Los nuestros tendrán posibilidad de ampliar su cosecha este viernes, cuando Durand, Savón y Blanco disputen las finales de sus respectivos eventos.
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