sexta-feira, 24 de junho de 2016

Cuatro pilares y más sueños

El atletismo cubano llega a la cita estival de Río de Janeiro con el difícil reto de que sus principales figuras suban al podio, y que el resto de la armada protagonice allí sus mejores desempeños


Raiko Martín
raiko@juventudrebelde.cu
19 de Junio del 2016 0:43:41 CDT
No es un secreto para nadie que el atletismo cubano encara su participación en los venideros Juegos Olímpicos de Río de Janeiro con el enorme reto de aportar al medallero de la delegación, pero con muchas menos opciones que en citas anteriores.
Al momento de redactar estas líneas, un total de 32 exponentes habían hecho méritos para incorporarse a la armada rumbo a la Ciudad Maravillosa, pero entre ellos no pasan de cinco los candidatos a ocupar alguno de los escaños del podio de premiaciones, sin descartar el más alto.
Sin duda, ha sido un ciclo complejo el que cierra con la primera Olimpiada en tierras sudamericanas, por lo que no es de extrañar que las principales autoridades del deporte centren sus esperanzas en el trayecto que llevará a las más prometedoras figuras hasta la edición que organizará Tokio dentro de cuatro años.
«Nosotros comenzamos a revitalizar nuestras matrículas del equipo nacional en 2013 y un ciclo es un período muy corto para recoger los frutos», nos comentaba hace unas semanas Daniel Osorio, un extriplista agramontino que lidera desde entonces el grupo de entrenadores del equipo nacional. Muchos de estos atletas estarán participando en la cita bajo los cinco aros con el objetivo de impulsar su desarrollo, pero tanto ellos, como las figuras de más renombre, tendrán como propósito refrendar en tierras cariocas sus mejores desempeños del año.
«Uno de los grandes problemas que hemos afrontado en esta etapa, ha sido que nuestros atletas no lograron sus mejores marcas en las competencias fundamentales del año. En los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014 tuvimos la primera oportunidad y se vieron buenos resultados, a pesar de no ser una competencia muy exigente. Pero ya en los Panamericanos de Toronto, las cosas no fueron igual, y eso provocó que de los ocho títulos previstos solo se consiguieran cinco, y solo tres de esos atletas lograron allí sus mejores marcas del año», explica el estratega.
En tales circunstancias se ha impuesto como principal objetivo para el grupo de entrenadores planificar el trabajo para revertir ese fenómeno de cara a la inminente competencia. «A todos los clasificados les estamos haciendo un seguimiento riguroso de su preparación, enfatizando en la metodología para que logren la máxima expresión de su forma deportiva en la principal competencia, que serán los Juegos Olímpicos», añade Osorio, antes de apuntar que quizá por eso en estos meses no se han visto tantas buenas marcas de los atletas cubanos en las competencias previas.

Piedras en el camino

Por historial y desempeños recientes, quienes dirigen los destinos del atletismo cubano tienen depositadas todas sus esperanzas en cuatro figuras de nuestro campo y pistas, a las que llaman «las titulares».
Con merecimiento, ese selecto grupo lo integran la pertiguista Yarisley Silva, el especialista en triple salto Pedro Pablo Pichardo, y las discóbolas Denia Caballero y Yaimé Pérez.
«Sus desempeños los ubican entre los potenciales medallistas, con posibilidades de ser campeones, pero no se debe olvidar que sus especialidades clasifican entre las más competitivas en estos momentos, y habrá que esperar el momento para ver lo que pueden lograr», explica Osorio.
La prioridad que se le ha dado a la preparación de estos atletas es indiscutible, pero su ruta hacia la cita estival no ha estado exenta de contratiempos. Tanto Yarisley como Pichardo han encontrado, sobre todo en el último tramo, obstáculos físicos y emocionales que han requerido determinación y entrega total para enfrentarlos.
La decisión de acompañar a su pareja, el saltador Sergio Mestre, después de que este sufriera un grave accidente en un entrenamiento, obligó a la pertiguista vueltabajera a postergar sus incursiones invernales —se ausentó al Mundial bajo techo—, y eso obligó a su entrenador Alexander Navas a rediseñar el plan de entrenamiento.
Asimismo, Pichardo también tuvo que reconfigurar su ruta crítica desde el mes de febrero, cuando la lesión en uno de sus pies lo obligó a parar, y en estos momentos se encuentra terminando su período de recuperación y perfilando el momento de regresar al cajón de saltos.
Mientras llega el esperado regreso del saltador santiaguero, ya Yarisley ha dado claras muestras de recuperación y la señal más notoria la envió el pasado 5 de junio en la ciudad inglesa de Birmingham, donde se impuso con un brinco de 4,84 metros que clasifica como el segundo mejor de la temporada, solo superado por el 4,86 que tres días después firmara la griega Ekateríni Stefanídi.
Hasta el momento, además de ellas, solo las estadounidenses Sandi Morris (4,83-4,81-4,80) y Jennifer Shur (4,82), y la neozelandesa Eliza McCarntney (4,80) han logrado en este año acercarse a cotas respetables. Sin embargo, se esperan en la cita carioca los mejores desempeños de la brasileña Fabiana Murer y de la incombustible rusa Yelena Isinbayeva, si en definitiva esta logra asistir, a pesar del veto de participación que pesa sobre las atletas de ese país por el escándalo de dopaje que salpica a la Federación rusa.
En el caso de Pichardo, su gran rival en la lucha por el cetro olímpico sería nuevamente el titular mundial Christian Taylor. El saltador estadounidense es dueño de los dos mejores registros en lo que va de año, el 17,76 metros estampado a finales de mayo en Eugene, y los recientes 17,59 que se adjudicó en la parada de la Liga del Diamante celebrada en Estocolmo. El también norteño Will Claye (17,56) es otro rival a considerar, teniendo en cuenta que es el otro que ha logrado hasta ahora superar la barrera de los 17,50 metros.
También complejo es vaticinar las oportunidades que encontrarán Denia y Yaimé, sobre todo porque tendrán que enfrentar nuevamente a una superdotada como Sandra Perkovic, quien no es infalible —ya se demostró en el Mundial de Beijing hace un año—, pero que sigue siendo una de las exponentes más estables en el firmamento atlético.

Denia, Yaimé y Pichardo llegarán a la cita estival carioca con grandes esperanzas de subir al podio.
La estelar croata es la única que en el presente curso ha logrado enviar el disco más allá de los 70 metros (70,88 en Shanghái y 70,59 en Split), pero sus envíos sobre los 65 metros siguen siendo una constante en cuanta competencia se presenta.
La gran candidata a pelearle el reinado volverá a ser Denia, amparada por su condición de monarca universal vigente y por el coraje que suele derrochar en momentos cumbres. Es cierto que en lo que va de año no ha estado por encima de Yaimé, quien posee el tercer mejor registro del escalafón con los 68,86 que consiguió en febrero, pero si todo sale como se ha planificado, sus mejores disparos estarían por llegar.

Pelotón «eléctrico»

Las autoridades del atletismo cubano aspiran mejorar, tanto en medallas como en puntos, la actuación de hace cuatro años en Londres, donde Yarisley terminó segunda, y el decatlonista Leonel Suárez y la discóbola Yarelis Barrios aportaron medallas de bronce. Además, en la capital inglesa se sumaron 26 unidades según el sistema que implementa la IAAF para este acápite, gracias a dos sextos lugares y un octavo escaño.
La meta parece perfectamente alcanzable por varios motivos. Primero, porque a la anterior cita se llegó sin ningún campeón mundial —ahora van Silva y Denia—, y también porque otras figuras que no son favoritas pueden sorprender en la urbe carioca con una medalla o con la clasificación a las finales de sus respectivas especialidades.
«Además de los cuatro que son fuertes candidatos a medalla, hay otros atletas como el mismo Leonel que está muy bien, y que suele crecerse en las competencias. Aunque su disciplina también está a un buen nivel, los contrarios lo respetan», opina Osorio.
El preparador también confía que el vallista Dayron Robles regrese a unos Juegos Olímpicos con un buen desempeño, y ve también con opciones de llegar a final al relevo largo masculino, incluso el 4x100, pues cuenta con hombres que ya bajan de los 10.30 segundos en los tramos. «Es una carrera muy técnica y cualquiera puede tener algún problema y eso lo podemos aprovechar», añadió.
«No son los únicos. Están Jorge Fernández (disco), Yorgelis Rodríguez (heptalón) o Roberto Janet (martillo). Solo tienen presentarse en su mejor forma, y allí se dirá la última palabra», sentenció.

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