Bolt no entiende de maleficios (2 y final)
Ninguno de los tres acompañantes de Bolt en el relevo puede blasonar de tricampeón. Es verdad que no son atletas con su curva de rendimiento hacia arriba. Es muy difícil mantener esa característica después de dos ciclos olímpicos.
RIO DE JANEIRO.—Antes de abordar los “maleficios” que impidieron al sector femenino en Río 2016 concretar —en cuatro oportunidades— aunque fuera una primera tripleta de triunfos, veamos algo pendiente que distingue a Usain Bolt.
Ninguno de sus tres acompañantes en el relevo puede blasonar de tricampeón. ¿Por qué él sí y los demás no?
Algunos son tan insignes como el veteranísimo Asafa Powell. Estuvo activo en el 37.10 de Beijing 2008 y en el actual 37.27, más en Londres 2012 estaba tan flojo que ni corrió en preliminares y se perdió el fastuoso récord mundial de 36.84.
Yohan Blake fue protagonista en ese crono mundial y olímpico. Estaba en su punto y con 9.75 hizo aparte el uno-dos individual con Bolt. Pero era muy joven cuando Beijing. Y Nickel Ashmeade no estuvo en ninguna de las veces anteriores.
En aquellas dos participó Michael Frater, que no hizo el equipo a los 33 años. Y Nesta Carter, pendiente del resultado de un examen antidopaje adverso al reanalizar las muestras tomadas en la capital china. De confirmarse significaría la retirada de las medallas al cuarteto, aunque seguramente sin disminuir la enormidad deportiva de Bolt.
NI ISINBAIEVA ES TRICAMPEONA
El sector femenino nunca ha visto coronar tres veces consecutivas a ninguna de sus estrellas. Por muy brillante que haya sido o sea.
Ni siquiera lo consiguió la magistral garrochista Elena Isinbaieva, multirecordista mundial. Ella campeonó sucesivamente en Atenas 2004 y Beijing 2008, pero en Londres Jennifer Suhr (USA) y Yarisley Silva (CUB) la dejaron en bronce. Fue la rusa que más luchó por su derecho a competir en Río, aludiendo jamás haber fallado un examen antidopaje. No se lo permitieron, pero de todas formas no sería igual.
Anteriormente la fenomenal jabalinista Ruth Fuchs le dio a la antigua República Democrática Alemana los éxitos consecutivos en Munich 1972 y Montreal 1976, pero en Moscú 1980 apareció la cubana María Caridad Colón con la primera de oro para una latinoamericana.
Más reciente le ocurrió algo parecido a la no menos brillante heptatlonista estadounidense Jackie Joiner-Kersee. Fue la atleta más completa en Seúl 1988 y en Barcelona 1992, pero la australiana Glenys Numn se lo había impedido en el estreno de ambas en Los Ángeles 1984, donde la relegó al segundo lugar.
A Río llegaron cuatro dobles campeonas consecutivas. Todas en facultades para convertirse en la primera tricampeona en la historia del atletismo olímpico.
Nos referimos a ganadoras de pruebas individuales en Beijing 2008 y Londres 2012. De otra forma hay quienes suman más medallas.
La primera en fallar fue la etíope Tirunesh Dibaba, apartada del oro en 10 000 metros planos pese a realizar el mejor tiempo de su vida. Ese crono, sin embargo, resultó inferior al récord mundial de la ganadora, su compatriota Almaz Ayana.
La segunda afectada por el “maleficio” fue la neozelandesa Valerie Adams, una reconocidísima especialista en bala famosa por sus interminables cadenas de triunfos, su abultado palmarés internacional y su constancia al más alto nivel de rendimiento. Cuando parecía que ya era campeona nuevamente, resultó removida por un récord nacional totalmente inesperado de la estadounidense Michelle Carter en su último intento.
El portento de la velocidad que todavía es Shelly Ann Fraser-Pryce aceptó una medalla de bronce en la prueba más corta al ser relevada en lo más alto por la sensacional conterránea Elaine Thompson y la norteña Tori Bowie.
La última en presentarse fue la jabalinista Barbora Spotakova, la mujer checa que relevó a Osleidys Menéndez en la cima planetaria, la actual recordista mundial con 72.28 metros y segunda en la lista de la temporada con 66.87 metros.
El viernes se quedó también sin poder triangular Beijing-Londres-Río. No consiguió lanzar el dardo más allá de 64.80 y hubo dos rivales que se interpusieron en su camino.
Sara Kolak salió de la nada para lograr récord croata de 66.18. Se le unió un perturbador 64.92 de la sudafricana Sunette Viljoen. Así todo quedo listo para el bronce de la doble campeona olímpica y recordista mundial.
Es verdad que no son atletas con su curva de rendimiento hacia arriba. Es muy difícil mantener esa característica después de dos ciclos olímpicos.
Si estuvieran en decadencia tendría explicación que ninguna haya hilvanado la tripleta. Factores incidentes abundan, como la mala suerte, la inseguridad sicológica y la ansiedad. O la aparición de una pujante estrella.
Es más expedito divulgar una marcada tendencia englobándola en el gancho mediático de la palabra maleficio que descubrir las causas técnico-tácticas que la originan. Eso corresponde a otros.
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