El boxeador cubano Julio César La Cruz se adjudicó la medalla de oro en los 81 kilogramos, al vencer este jueves por decisión unánime(3-0) al kazajo Adilbek Niyazymbeto
Con gran clase y sin dejar margen a las dudas el boxeador cubano Julio César La Cruz se adjudicó la medalla de oro en los 81 kilogramos, al vencer este jueves por decisión unánime(3-0) al kazajo Adilbek Niyazymbetov dos veces subcampeón mundial y plata en la edición de Londres 2012.
Fue una pelea tranquila, en la que Julio César provocó y le bailó por todo el cuadrilátero a su oponente, asestándole golpes, uno a uno, al rostro de Niyazymbetov, como si fuera una avispa que pica incansablemente sobre su víctima.
El triple campeón mundial comenzó su sendero dorado el pasado día 10 con una cómoda victoria sobre el turco Mehmet Nadir Unal, combate en el que el representante antillano fue de menos a más y culminó atacando al otomano sin piedad.
En cuartos de final cruzó guantes con Michel Borges de Brasil, a quien trabajó con efectivos golpes y sobrada elegancia en el ring, para evitar que los jueces se dejaran llevar por las exclamaciones del público que en todo momento apoyó al pugilista sudamericano. Sin embargo, Julio César, disipó las dudas y acalló a los presentes en el Pabellón 6 de Riocentro con su letal boxeo de riposta.
Ya en semifinales el camagüeyano venció por 3-0 a Mathieu Bauderlique, de Francia, adversario que pudo conectar pocos rectos a la anatomía del cubano, en tanto el número uno del ranking en los 81 kilogramos cumplió el plan táctico ordenado por sus entrenadores: moverse, entrar y salir con golpes en forma de 1-2 para desconcertar al galo.
Para Julio César, Río de Janeiro fue el torneo de su consagración, la corona que faltaba en su extenso y exitoso palmarés, ratificándose, hoy más que nunca, como uno de los mejores boxeadores libra por libra de la AIBA.
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